Ante el aumento de centros que prometen eliminar el dolor de cabeza con intervenciones quirúrgicas, la Sociedad Española de Neurología fue contundente: "No existe evidencia científica que respalde esas técnicas".
En los últimos años, han proliferado en distintos países -y también en Argentina- clínicas que promocionan cirugías plásticas para "curar" la migraña, una enfermedad neurológica crónica que afecta a millones de personas, sobre todo a mujeres.
Sin embargo, los neurólogos son contundentes: no hay base científica que justifique esos procedimientos.
La Sociedad Española de Neurología (SEN) volvió a emitir una alerta pública tras detectar un "aumento exponencial" de centros que ofrecen intervenciones quirúrgicas para tratar la migraña tanto en el sistema público como en el privado.
"No se recomienda a ningún paciente con migraña que se someta a una cirugía por esta enfermedad", señala el comunicado de la SEN.
Según la SEN, ninguna institución científica del mundo respalda estas cirugías. Los estudios existentes presentan "carencias metodológicas importantes" y no hay evidencia robusta ni plausibilidad biológica que demuestre que una intervención sobre los nervios pueda modificar el curso de la migraña.
"Resulta preocupante -explican los especialistas- que se estén ofreciendo cirugías en humanos que ni siquiera han pasado por la fase de experimentación animal. "Este tipo de técnicas", agregan, "debe someterse al mismo rigor científico que los medicamentos u otros tratamientos médicos antes de ser aplicado a pacientes".
Durante el congreso europeo de la Federación de Cefaleas (EHF) en Barcelona, neurólogos de distintos países coincidieron en rechazar estas prácticas por falta de evidencia y recordaron que las guías internacionales de tratamiento ni siquiera las mencionan.
Los procedimientos más difundidos, impulsados originalmente por el cirujano plástico estadounidense Bahman Guyuron, se basan en la "descompresión" de nervios considerados desencadenantes de la migraña.Se realizan pequeñas incisiones en el cuero cabelludo para liberar los nervios faciales o occipitales, con la promesa de reducir la frecuencia de las crisis.
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Pero, según la SEN, no existen pruebas clínicas de calidad que avalen su eficacia. Tampoco hay seguimiento a largo plazo que demuestre beneficios sostenidos ni seguridad en los resultados.
"Estos procedimientos deben ser considerados experimentales y realizados únicamente en el contexto de una investigación biomédica aprobada por un Comité Ético", advierten los neurólogos.
Lejos de las soluciones mágicas, los expertos recuerdan que la migraña no tiene cura definitiva, pero sí tratamientos con base científica que mejoran significativamente la calidad de vida.
El abordaje se divide en tres niveles:
"A día de hoy, la migraña no tiene cura, pero existen muchas novedades terapéuticas con base científica y están más por venir", destacan desde la SEN.
La sociedad científica envió también un mensaje de solidaridad a los pacientes que conviven con este trastorno incapacitante.
"Entendemos la desesperación de quienes buscan alivio, pero la cirugía no es la respuesta. Las terapias médicas actuales son seguras, eficaces y están en constante evolución", concluye el comunicado.
La recomendación es clara: consultar siempre al neurólogo antes de iniciar cualquier tratamiento invasivo y desconfiar de las promesas de curas rápidas sin respaldo científico.