Mendoza, de de

Mendoza Milagros Mac Donnell

La Unión Europea endurece sus reglas: nuevos requisitos ambientales desafían a las exportaciones argentinas

A partir de enero de 2026 entrará en vigor la Regulación de la Unión Europea contra la Deforestación (EUDR, por sus siglas en inglés), que establece que productos como soja, carne, madera, café, cacao, palma y caucho solo podrán ingresar al mercado europeo si provienen de tierras que no hayan sido deforestadas ni degradadas después de diciembre de 2020. 

Martes, 16 de Setiembre de 2025
En términos prácticos, se entiende por deforestación la conversión de bosques naturales en áreas destinadas a la agricultura o la ganadería. 


En tanto, se considera degradación cuando los suelos y ecosistemas, aun conservando cierta vegetación, han perdido calidad, biodiversidad o capacidad de sostener la vida de manera equilibrada. Es decir, ya no bastará con que un campo sea hoy productivo: será necesario demostrar con precisión que no se destruyó bosque nativo ni se deterioró el suelo para destinarlo a la producción.

Para Argentina, el desafío es considerable. Provincias como Chaco, Formosa, Santiago del Estero, Salta y Misiones, con antecedentes de desmontes, se encuentran entre las zonas más observadas. La región pampeana, principal productora de soja y carne, también deberá implementar mecanismos de trazabilidad que acrediten el origen sustentable de cada lote exportado. La Unión Europea ha clasificado al país en la categoría de riesgo intermedio, lo que implica controles más estrictos y auditorías frecuentes sobre sus exportaciones.

Este nuevo escenario representa un esfuerzo adicional para las empresas, que deberán invertir en sistemas de geolocalización, certificaciones ambientales y procesos de auditoría. No todas estarán en condiciones de asumir esos costos, lo que podría derivar en la pérdida de participación en un mercado de alto valor como el europeo. Sin embargo, quienes logren adaptarse con antelación podrán convertir esta exigencia en una oportunidad: cumplir con estándares ambientales de última generación no solo permitirá conservar el acceso a Europa, sino que también fortalecerá la imagen de Argentina como proveedor responsable, abrirá puertas a otros destinos que avanzan en regulaciones similares y facilitará el acceso a financiamiento vinculado a la sostenibilidad.

En definitiva, la EUDR pone de manifiesto un cambio de paradigma: la sostenibilidad ha dejado de ser un atributo opcional para transformarse en una condición indispensable de competitividad internacional. El reto para el país será convertir esta obligación en una ventaja estratégica y evitar que la falta de adaptación margine a sectores clave de su economía.


@milimac1