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Economía Ahora

Riesgo país y desconfianza: por qué la economía argentina sigue sin acceso al crédito

El alto riesgo país refleja la desconfianza en la política económica, pese al ajuste fiscal y al apoyo de EE.UU, según advierte la Fundación Mediterránea.

Jueves, 9 de Octubre de 2025
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Dos papers de la Fundación Mediterránea, firmados por su presidente Osvaldo Giordano y el economista Jorge Vasconcelos, respectivamente, advierten que el muy alto riesgo país refleja un nivel de desconfianza tan profundo que hace imposible renovar los vencimientos de la deuda pública de forma voluntaria.

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Lo que debería ser un proceso natural -pagar deuda pública con nueva deuda- se encuentra bloqueado, generando un clima de crisis persistente. Para el IERAL de la Fundación Mediterránea, la pregunta clave es: ¿qué explica esta resistencia a la baja de la desconfianza del mercado?

Desconfianza, los factores estructurales

Los analistas identifican una multiplicidad de factores que operan como lastres. En primer lugar, el "prontuario" de la Argentina, una larga tradición de incumplimientos, dificulta la generación de credibilidad. A esto se suma la "herencia" de la gestión anterior, que dejó al país al borde de la hiperinflación en diciembre de 2023, con secuelas tangibles como las reservas negativas del Banco Central y una enorme acumulación de pasivos.

Un factor adicional, que el gobierno ha bautizado como "riesgo kuka", es utilizado para definir la influencia de la oposición política que el Ejecutivo y el Círculo Rojo proclaman que promueve ideas proclives al desorden macroeconómico y los incumplimientos, exhibiendo un alto poder electoral.

Esta idea se observa reiteradamente en las declaraciones del gobierno y en informes ortodoxos (como los de la Mediterránea), sin importar si tales afirmaciones tienen o no algún anclaje en la realidad.

Errores de estrategia y gestión

Sin embargo, los papers advierten que, no obstante, las falencias en la estrategia propia del oficialismo también han contribuido al aislamiento. El gobierno ha subordinado de manera exagerada la política cambiaria y monetaria al objetivo de reducir la inflación, una estrategia que generó un atraso cambiario y ralentizó la acumulación de reservas.

Asimismo, se observa una subestimación de las complejidades inherentes a la administración de un sector público profundamente degradado. Casos como el de ANDIS, con denuncias de corrupción y la suspensión de una auditoría rudimentaria, ejemplifican los riesgos de no prestar suficiente atención a la gestión pública.

Finalmente, la debilidad política es un punto crítico. El oficialismo subestimó su alta debilidad en el Congreso y su fragilidad total entre los gobernadores, optando por potenciar su aislamiento en lugar de buscar alianzas y apoyos.

El decisivo desafío de la gobernabilidad

Los trabajos advierten que, en este contexto, la atención sobre el apoyo de los EE. UU. no debe centrarse únicamente en la magnitud de los recursos, sino en los compromisos que debe asumir el gobierno argentino. Si bien los ajustes en la política cambiaria y monetaria son inevitables -se debe migrar hacia un manejo del mercado cambiario "a la peruana" para ganar certidumbre-, la tarea más desafiante y crucial es lograr condiciones de gobernabilidad.

La preocupación por la gobernabilidad, mencionada incluso por autoridades estadounidenses, muestra una lectura correcta: los principales factores que exacerban la desconfianza son los déficits de gestión, tanto política como administrativa, más que una simple falta de recursos.

La actitud agresiva y rígida del oficialismo frente a la oposición "dialoguista" potenció su debilidad política de partida. Si bien los trabajos valoran el equilibrio fiscal, las dudas aumentan sobre su sostenibilidad debido a la falta de capacidad para alcanzar acuerdos políticos imprescindibles para ejecutar el plan de gobierno.

La desconfianza sobre la sostenibilidad de la deuda pública es, en gran medida, un derivado de este clima de confrontación generado por el propio gobierno.

Una prueba evidente de la falta de pericia política necesaria para impulsar reformas estructurales es el nulo avance en la implementación de las transformaciones acordadas en el Acta de Mayo con los gobernadores. Sin reformas, resulta muy difícil que Argentina cumpla con sus compromisos, lo que naturalmente alimenta la desconfianza.

Necesidad de reformas estructurales y coherencia monetaria

Al igual que en casi todos sus trabajos sobre la macro, la Fundación con asiento en Córdoba reafirma la necesidad de reformas estructurales y coherencia monetaria.

La gobernabilidad, en definitiva, no depende primariamente del resultado electoral futuro, sino de que el gobierno plantee un cambio de estrategia política clara, creíble y convincente, migrando hacia una actitud de diálogo y apertura.

Para estabilizar la economía y permitir el empalme de la estabilidad con el crecimiento, es imprescindible materializar las reformas estructurales. El futuro del país depende de su capacidad para insertarse en las cadenas de valor globales, dejando atrás el gasto público como locomotora de crecimiento. Esto incluye sectores vitales como hidrocarburos, minería, agroindustria (que en Argentina captura un 16% del empleo total, comparado con el 26% en Brasil) y una amplia gama de servicios.

Además, se imponen cambios que no pueden esperar: la industria del juicio, la cuestión laboral y un profundo aggiornamiento tributario.

Hacia un régimen bimonetario y sostenibilidad de la deuda

En el plano monetario-cambiario, los especialistas sugieren que Argentina, lejos de regresar a la represión financiera, debe avanzar hacia la institucionalidad de un régimen bimonetario con tipo de cambio flexible, similar al de Perú o Uruguay.

Para que la deuda sea sostenible, las simulaciones del FMI apuntan a que el riesgo país debe ubicarse en 500 puntos para 2026 y 450 puntos a partir de 2027.

La Fundación Mediterránea advierte que en este "momento bisagra", donde las urgencias se ilustran con el abuso de mecanismos transitorios (como la eliminación temporal de retenciones al agro), la gobernabilidad y la gestión interna, junto con el apoyo externo como "muleta" ante los vencimientos soberanos, resultan ser los mecanismos imprescindibles para recuperar los equilibrios macroeconómicos.

La única vía razonable para que el riesgo país retome un ciclo descendente es no volver atrás en la senda de la disciplina fiscal y avanzar en las reformas.