Los dichos de Trump sobre la ayuda al Gobierno tensaron de más el clima electoral. Analistas hablan del "número mágico" que definirá todo
A pesar de las aclaraciones que hizo el gobierno de Javier Milei, la fuerte frase de Donald Trump sobre las elecciones del 26 de octubre y el apoyo financiero de Estados Unidos a la Argentina le dio más fuerza al interrogante sobre qué significa "ganar" o "perder" cuando se votan legisladores en las distintas provincias o cuál sería el porcentaje de votos considerado una "buena elección" para el oficialismo.
Para tratar de despejar esa duda, iProfesional consultó a los analistas políticos Aníbal Urios (DC Consultores), Manuel Zunino (Proyección) y Jorge Giacobbe (Giacobbe&Asociados), quienes coincidieron en que un resultado positivo para La Libertad Avanza (LLA) sería 35% o más a nivel nacional. No obstante, aportan distintas miradas sobre los factores por los que el "triunfo" o la "derrota" son más relativos en una elección legislativa.
Al respecto, Facundo Cruz (PulsarUBA y Centro de Investigación para la Calidad Democrática) aportó un análisis histórico sobre cuántos votos han sacado los oficialismos en elecciones de medio término desde 1985, como un elemento a tener en cuenta para ver qué número puede mostrar al Gobierno en posición ganadora y cuál ha sido umbral promedio de la derrota.
En efecto, hay más de una forma de leer el resultado de una elección legislativa: el porcentaje global del país; la presencia de un mismo sello en todas las provincias (como es el caso de LLA) o su división (como el peronismo, que no lleva la marca Fuerza Patria en todos los distritos por igual); la cantidad de bancas de diputados y senadores que se ganan o bien la diferencia entre el primero y el segundo, que si es ajustada podría considerarse positivo según el contexto político del momento.
"Los que ya perdieron en Argentina son la clase dirigente, porque no están leyendo que el elector no quiere peleas, ni diagnósticos, ni que lo traten de ingenuo o le digan quién tiene la culpa, sino la sensación de que el tipo al que va a votar haga algo y nadie está hablando de hacer algo", evaluó Urios, quien apuntó que en ese contexto no sería rara una "elección de números bajos".
Sobre esa base, el director de DC Consultores consideró que "35% sería un número ganador" para el gobierno de Milei y "un 38% ya sería un gol de media cancha". Al respecto, puso de ejemplo que el gobernador "Maximiliano Pullaro sacó 35%" en los comicios legislativos de Santa Fe y se consideró un importante triunfo, mientras que el libertario Manuel Adorni "ganó en la Ciudad con 31%" en mayo pasado.
Urios adelantó a iProfesional que su medición más reciente sobre la provincia de Buenos Aires tiene a Fuerza Patria arriba con 36% de intención de voto seguido por LLA con 31%. "Muy bajo", evaluó el analista. Ciertamente, el Gobierno ya no aspira a ganar en el territorio bonaerense, pero esto le pone presión para lograr mejores números en CABA y otras provincias grandes como Santa Fe, Córdoba o Mendoza para mostrarse ganador a nivel nacional.
Por su parte, Zunino coincidió al señalar que "abajo de 35% no será una buena elección", pero subrayó que "el que puso la vara fue el propio Gobierno, porque instaló que ese número es el límite entre el buen y el mal resultado" para el 26 de octubre. La firma Proyección que él encabeza le da hoy al oficialismo 36% con 2 puntos de ventaja sobre Fuerza Patria.
El analista consideró que si se diera ese resultado en las elecciones sería "aceptable" para el oficialismo, pero también puntualizó que "a LLA es más fácil medirla a nivel nacional porque juega con el mismo sello en todas las provincias".
Al respecto, Zunino precisó que "va a haber varias lecturas" sobre el resultado del 26 de octubre. "Una es la cantidad de puntos y con 35 puede ganar por dos razones: primero porque Fuerza Patria no tiene presencia a nivel nacional, después porque al no haber PASO hay muchos espacios chicos van a acumular un 10%, y a eso hay que sumarle a los gobernadores y la Izquierda", explicó.
El sociólogo abundó que por esa razón "no hace falta juntar 40 puntos porque la oferta es muy amplia, a diferencia de elecciones anteriores, donde las PASO filtraban" listas que no llegaban a la elección general. En tanto, otra lectura sobre la performance del gobierno de Milei va asociada a la cantidad de bancas que gane de las 127 que se renuevan en la Cámara de Diputados.
"Si no llega al tercio (de la Cámara) con el PRO y aliados incluidos, se puede leer como una mala elección", explicó Zunino en referencia al número que se requiere para blindar decretos y vetos y bloquear cualquier intento de juicio político. Por esa misma razón, consideró que el oficialismo "renunció a 'pintar todo el mapa de violeta'". El consultor avizora un triunfo de LLA "en CABA y Mendoza" y señala que "en los demás está complicado".
Por su parte, Giacobbe consideró que "abajo de 30% es una mala elección" para el oficialismo, mientras que "arriba de ese porcentaje el Gobierno habrá ganado capital político respecto de 2023, pero sin absorber a todo el electorado de Juntos por el Cambio del balotaje" de aquel año. En tanto, "35% o más ya es una buena elección", aunque vaticinó que en ese caso "van a estar parejos".
Al igual que otros de sus colegas, el director de Giacobbe&Asociados señaló que "todo depende también de las provincias que se ganen, amén de los porcentajes" y consideró que los libertarios "deben ganar CABA, Mendoza y Entre Ríos para empezar a hablar, y ser muy competitivos en Córdoba, Santa Fe, Salta y Neuquén, por ejemplo".
En efecto, la forma en que se distribuyan los votos en cada provincia será determinante para el resultado global, aunque otros analistas también consideran que para tener un parámetro más fiable que permita definir quién gana y quién pierde hay que mirar cuánto han sacado los oficialismos históricamente en legislativas.
Sobre ese punto, el politólogo Facundo Cruz, quien se desempeña en el Observatorio de Opinión Pública de la UBA entre otros centros de investigación, indicó ante una consulta de este medio que en las legislativas de 2021 el gobierno de Alberto Fernández sacó el 34,5% a nivel nacional y perdió contra Juntos por el Cambio, mientras que en 2017 el de Mauricio Macri ganó con el 41,7%.
Asimismo, el kirchnerismo ganó los comicios de medio término en 2005 con el 38,7% de los votos a nivel nacional; perdió los de 2009 con el 28,6% y volvió a perder en 2013 con el 32,8% (contra Sergio Massa en Buenos Aires, en una de esas vueltas notables de la política). En 2001, el gobierno de Fernando de la Rúa obtuvo el 22,7% y se llevó una derrota que anticipó el peor final.
En ese repaso se puede observar que los 30% a nivel nacional son una frontera en la que se pueden empezar a realizar lecturas sobre quién ganó y quién perdió, pero es un caudal de votos que está lejos de garantizar un triunfo sólido.
Así, el país se encamina a unas elecciones legislativas que ofrecerán más de una lectura, siempre que el resultado no presente una diferencia muy amplia entre cada lista. En ese contexto, el gobierno de Javier Milei procurará encontrar una interpretación que no lo ubique en una posición perdedora si ronda los 35 puntos, mucho menos con el ruido que generó la declaración de Donald Trump y lo que está en juego rumbo a 2027.