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Especialistas advierten sobre los riesgos ocultos de educar a los hijos con una sobreprotección excesiva

Psicólogos y terapeutas dicen que la sobreprotección y el exceso de estímulos digitales están marcando a las nuevas generaciones. Educar en la autonomía y la confianza aparece como el camino más efectivo para revertir esta tendencia.

Viernes, 3 de Octubre de 2025
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Cada vez más especialistas observan un mismo fenómeno: adolescentes y jóvenes que no logran gestionar contratiempos cotidianos y padres que sienten que nada alcanza. La psicóloga española María Jesús Álava Reyes describe que muchos jóvenes "se hunden ante cualquier complicación y la decepción se ha convertido en una constante en sus vidas". La baja tolerancia a la frustración, dice, se traduce en insatisfacción permanente.

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Pero no todos coinciden en llamar "manipulación" a estas actitudes. La psicoterapeuta estadounidense Claire Lerner, autora de Why Is My Child in Charge?, propone otro enfoque: considera que se trata de estrategias. "Los niños siempre se motivan en conseguir lo que quieren y van a usar todas las herramientas que tengan a su disposición, pero no intentan volver locos a sus padres a propósito", señala. Para ella, es una señal de inteligencia: los chicos observan, prueban y repiten lo que funciona.

La diferencia entre ver a un hijo como manipulador o como estratega puede cambiar el clima de la crianza. En lugar de endurecer los límites o reaccionar con enojo, los especialistas recomiendan poner reglas claras, negociarlas cuando sea posible y mantener un equilibrio entre firmeza y contención.

Padres al límite y el síndrome del agotamiento

El otro lado de la moneda son los adultos. La psicóloga española Tristana Suárez describe el síndrome de burnout parental: cansancio extremo, irritabilidad y dificultades para sostener la paciencia. La crianza se percibe como un sobreesfuerzo constante, con poca gratificación y exceso de exigencia.

El médico y psicólogo clínico Darío Fernández propone cinco estrategias prácticas para prevenir y manejar este desgaste:

Este enfoque no solo protege a los padres, también favorece a los hijos. Cuando los adultos están menos saturados, los límites son más claros y las reglas se cumplen con menos conflicto.

El desafío de educar en autonomía

El uso temprano e intensivo de pantallas añade complejidad. Como advierte Álava Reyes, "a través de los móviles, las tabletas o las computadoras, los chicos reciben una cantidad de información para la que no están preparados". Esto incrementa la fragilidad emocional y la dependencia de estímulos inmediatos.

Los expertos coinciden en que la salida no es prohibir, sino acompañar. Enseñar a analizar críticamente la información, establecer tiempos de uso y fomentar actividades fuera del entorno digital. A la vez, recuperar valores como el esfuerzo, la tolerancia al fracaso y la confianza en las propias capacidades.

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