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La Tesis del Orden: Alfredo Cornejo y la Consolidación de la Hegemonía Política en Mendoza

La reciente victoria en las elecciones legislativas del domingo pasado no es un hecho aislado, sino la confirmación de una tesis política que Alfredo Cornejo ha demostrado ser capaz de implementar: la construcción de la hegemonía a partir del orden. 

Martes, 28 de Octubre de 2025

El triunfo electoral sella su regreso a la Gobernación y lo consolida como el estratega político más relevante de Mendoza desde el retorno de la democracia. Su éxito radica en una premisa simple y poderosa: pensar en el bien común y no en el propio, sacrificando intereses personales por la visión de un proyecto colectivo de largo plazo

El trabajo interno para lograr esta cohesión fue la base de su resurgimiento. Cornejo, paciente y metódico, analizó la historia política reciente, proponiéndose una meta clara: "lo que le hicieron los peronistas [división y pérdida de poder] no nos puede pasar más". Armado de paciencia, esperó su momento, dedicándose primero a ordenar el partido. Lideró un esfuerzo silencioso para tejer una alianza inquebrantable que abarcó a los principales centros de poder: Godoy Cruz, Capital, Las Heras, Guaymallén y San Martín, logrando además un acercamiento estratégico en Maipú.

Esta capacidad de análisis no es casual. Su trayectoria, que incluye ser profesor de la Universidad de Ciencias Políticas, le da una perspectiva académica y estratégica que rara vez se ve en la gestión pública. Desde su paso por la intendencia, hasta su primer mandato como Gobernador, su etapa en el Senado y su vuelta al sillón de San Martín, cada paso ha sido una jugada calibrada, demostrando una coherencia entre su formación teórica y la praxis política.

La razón de su dominio no son solo palabras; sus reformas y su gestión han generado frutos tangibles. El orden económico se tradujo en un histórico superávit para la provincia, permitiendo una estabilidad inédita. Esta solidez financiera, sumada a la mejora sustancial en la seguridad y la paz social, validó su figura ante una ciudadanía cansada de la improvisación. La gente lo escuchó, vio los resultados y lo respaldó en las urnas.

Gracias a este ordenamiento económico y social, y a una gestión que priorizó la previsibilidad, Cornejo se ha erigido indiscutiblemente como la figura política más importante y con mayor ascendencia en Mendoza desde la vuelta de la democracia. El consenso construido sobre la base de la eficiencia lo diferencia de otros líderes que basaron su poder solo en la popularidad o el aparato partidario.

En la esfera nacional, su análisis estratégico lo llevó a tomar una posición clave: el apoyo a Javier Milei en el balotaje. Lejos de ser un cheque en blanco, fue una lectura fría de la coyuntura y lo que más convenía a los intereses de su partido y de la provincia, buscando alinear la gestión provincial con un posible nuevo ciclo federal, demostrando pragmatismo y capacidad para navegar en aguas turbulentas.

La labor de escuchar a la gente y convertir las demandas en políticas públicas eficientes ha cimentado su capital político. Su proyecto no se agotó en un solo mandato, sino que se proyectó a través de sucesores que mantuvieron la línea de gestión, garantizando la continuidad de las reformas. Esta visión de equipo es el verdadero legado de su estrategia.

Hoy, aunque el debate sobre la posibilidad de cambiar la Constitución y habilitar su reelección es un tema candente que resurge con su victoria, su legado ya está asegurado. Se logre o no la reforma constitucional, nada opacará su formidable labor de ordenar la provincia, consolidar un proyecto político duradero y transformar a Mendoza en un ejemplo de gestión y estabilidad en el contexto nacional.