Con un robot diseñado para limpiar arrecifes, estudiantes mendocinos buscan clasificar al Mundial de Robótica en EE.UU.. Antes tienen que clasificar en Brasil. Una historia de sacrificio y dedicación.
Un aula pequeña fue transformada en un taller lleno de cables, herramientas y sueños para que 24 jóvenes mendocinos trabajen incansablemente y le den vida a un robot que los lleve al FIRST Robotics Competition. El equipo se llama Andes Robotics. Sus integrantes tienen entre 11 y 18 años. Son estudiantes de secundaria, uno de primaria y mentores de la UNCuyo y del ITU (Instituto Tecnológico Universitario).
El proyecto lo fomenta la Fundación Tomas Alva Edison. Este 18 de marzo viajan nada menos que al gigante sudamericano: Brasil. Allí buscarán clasificar y representar a América Latina en el Mundial de Robótica en Estados Unidos, más precisamente en Houston, Texas.
El equipo cursa sus estudios con normalidad en las mañanas. En las tardes se dividen los días -no entran todos en el taller - y dedican horas valiosas al armado, comunicación y programación.
No es sólo un proyecto tecnológico; es una historia de esfuerzo, pasión y comunidad. Con cada pieza que ensamblan, estos chicos no solo construyen un robot, sino también un futuro lleno de posibilidades.
El equipo, bautizado como Andes Robotics, está conformado por estudiantes de entre 11 y 18 años, provenientes de distintas escuelas de Mendoza pero principalmente de la Tomas Alva Edison, una escuela de gestión privada en el corazón de Guaymallén. Divididos en áreas como comunicación, programación, diseño y mecánica, cada uno aporta su talento para que el robot funcione a la perfección.
"??Somos un equipo diverso", explican entusiasmados dos de los chicos junto con su docente y agregan que uno de los chicos va a la primaria y tiene 12 años recién cumplidos. Es que el talento y la pasión, evidentemente, no tiene edad. Además, tienen mentores, alumnos de la Facultad de Ingeniería de la UNCuyo y del ITU que los guían compartiendo sus conocimientos en áreas técnicas más complejas.
El robot que construyeron tiene una misión clara: contribuir al cuidado del medio ambiente. Inspirado en la temática Reef Stage, el proyecto simula la limpieza de arrecifes marinos. El robot debe retirar "??algas"? (representadas por pelotas verdes) y colocar "??corales"? (tubos de pvc) en diferentes niveles de dificultad.
"??No solo es una competencia, es una forma de concientizar sobre problemas reales"?, comenta una de las estudiantes. La competencia valora no sólo la eficiencia del robot, sino también la colaboración entre equipos, fomentando un espíritu de cooperación y solidaridad.
El equipo ya tiene experiencia en competencias internacionales. En 2023 participaron en la First Global Challenge en Singapur y lograron una destacada posición que les permitió clasificar para la Free Robotic Competition, una liga de alto nivel. Esto fue la clave. "Todo empezó en Singapur".
Ahora, el próximo desafío es Brasil. El equipo completo consta de 24 estudiantes, más docentes, mentores, madres y padres. En total son 38 personas que el 18 de marzo viajarán a Sí£o Paulo para competir en la etapa regional. Si logran clasificar, el sueño de llegar al Mundial en Houston estará más cerca que nunca.
Uno de los mayores obstáculos es el financiamiento. Las familias, en su mayoría de clase media y trabajadoras han hecho un gran esfuerzo para cubrir los gastos. Principalmente, los chicos y chicas junto a sus familias y docentes venden uvas en el Parque San Martín. Además, aprovechan para comentarle lo que están haciendo a la comunidad, la cual ha respondido con solidaridad.
"??Los padres han dejado hasta sus trabajos para apoyarnos"?, relata uno de los mentores. Justo había un papá que se encontraba en la escuela porque les había acercado algunas herramientas que podían serles útiles. "Estamos muy contentos por los chicos. Nos estamos endeudando para que puedan viajar, pero lo hacemos porque queremos que sean mejores que nosotros. Que les vaya mejor", explica orgulloso.
Los gastos para viajar a Brasil ya están casi cubierto, pero el mayor desafío será juntar el dinero para ir a Houston en caso de clasificar. Para ello, buscan sponsors y donaciones.
Más allá de los premios y reconocimientos, el equipo ve en la robótica una herramienta para resolver problemas sociales. "??El robot que estamos construyendo podría aplicarse en tareas de limpieza o conservación ambiental"?, comenta uno de los estudiantes.
Además, el proyecto ha unido a familias, docentes y empresas locales, demostrando que la educación y la tecnología pueden ser motores de cambio. "??Esto no es solo un logro nuestro, es de toda la comunidad"?, concluye uno de los jóvenes.
Mientras ultiman los detalles del robot y resuelven los últimos desafíos técnicos, el equipo mantiene la mirada en Brasil. "??Estamos nerviosos, pero confiamos en nuestro trabajo"?, dicen. Con el apoyo de sus familias, la comunidad y la fundación, estos jóvenes mendocinos viven, con mucha pasión y esfuerzo, un sueño que parece no tener límites.