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Electrodomésticos y crédito: los argentinos compran pero no pueden pagar

Entre caída de ventas y mora creciente, la industria siente el golpe, Whirlpool cierra su fábrica en Pilar y deja 220 trabajadores afuera.

Viernes, 28 de Noviembre de 2025
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La empresa de electrodomésticos Whirlpool anunció este miércoles de manera sorpresiva el cierre de su fábrica en Pilar y despidió a 220 trabajadores, en medio de las complicaciones de la cadena de pagos y un aumento de las importaciones que impactó de lleno en su producción local.

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De fabricante a importador

Tras la comunicación del cierre, la firma inició negociaciones con la Unión Obrera Metalúrgica para definir indemnizaciones y un plus adicional. Los despidos alcanzan tanto al personal de producción como a otras áreas operativas. En sintonía con el proyecto de mercado del gobierno nacional la empresa confirmó que mantendrá su oficina comercial y su centro de distribución sobre la ruta 8, donde continuarán trabajando alrededor de 110 empleados.

La decisión de Whirlpool es reconvertir su operación en Argentina hacia la importación y distribución. La planta había sido pensada para producir un lavarropas cada 40 segundos y fabricar 300 mil unidades al año, con el 70% destinado a exportación. Sin embargo, en el último tiempo la producción cayó de 600 a 400 lavarropas diarios. La diferencia de costos también golpeó: un lavarropas Whirlpool de 7 kilos ronda los 900 mil pesos, mientras que uno de origen chino puede conseguirse por la mitad.

El INDEC asegura que se vende más

Las cifras recientemente divulgadas esta semana por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) respecto a la comercialización de electrodomésticos y artículos para el hogar presentan, a primera vista, un panorama alentador. Con una facturación que rozó los 1,3 billones de pesos y una variación positiva del 15,1% respecto al mismo período del año anterior, el sector parece haber encontrado una vía de escape a la recesión. Sin embargo, al cruzar estos datos con el último informe de estabilidad financiera del Banco Central (BCRA), la fotografía cambia drásticamente: el consumo se sostiene, pero la capacidad de pago de las familias se agrieta peligrosamente.

El informe del INDEC detalla una dinámica de "micro-recuperación". Si bien el acumulado anual muestra un robusto 59,2%, la lupa sobre el trimestre julio-septiembre evidencia una desaceleración mes a mes. El consumidor argentino, históricamente resiliente, ha volcado sus pesos hacia bienes de menor ticket. No es casualidad que los pequeños electrodomésticos y los artículos de cuidado personal lideren la tabla de variaciones interanuales con alzas superiores al 33%. El equipamiento del hogar se renueva, sí, pero en cuotas y en formatos más accesibles.

Geográficamente, el motor de este consumo no se encuentra en el Área Metropolitana de Buenos Aires. Mientras que los partidos del Gran Buenos Aires mostraron un anémico crecimiento del 8,7% -muy por debajo de la inflación-, el interior del país traccionó la demanda con un incremento del 16,7%. Asimismo, el canal físico, el tradicional salón de ventas, retiene su hegemonía con más del 81% del mercado, demostrando que, para el consumidor promedio, la experiencia de compra y el asesoramiento presencial siguen siendo determinantes al momento de adquirir tecnología o línea blanca.

Los números del INDEC que muestran que crece la venta de electrodomésticos sin embargo a la vez aumenta la morosidad en la financiación de esas compras

La arquitectura de la deuda

La variable crítica a estos números positivos es el método de financiamiento. Aquí reside la gran contradicción del modelo actual. El 54,9% de las ventas se concretó mediante tarjetas de crédito, consolidando al plástico como el vehículo de financiación de la clase media. Sin embargo, en paralelo corre otro fenómeno: la explosión en el uso del sistema financiero paralelo, de las fintech, billeteras virtuales y créditos de las propias cadenas, más laxos en requisitos pero mucho más agresivos en costos.

El informe señala que los comercios que financian compras, como cadenas de supermercados y de electrodomésticos, exhiben los peores niveles de atraso en los pagos. En créditos para electrodomésticos, la mora alcanza el 27%, la más alta del informe.

Fintech siguen comiendo mercado a los bancos

Según el Banco Central, se ha disparado el endeudamiento en proveedores no financieros: billeteras virtuales, cadenas de retail y fintech. Este circuito paralelo del sistema bancario tradicional ya acumula un stock de deuda superior a los 11 billones de pesos. La gravedad del dato radica en la superposición de pasivos: existen hoy 6,2 millones de argentinos que mantienen deudas activas simultáneamente en el sistema bancario y en el no bancario. Un dato incontrastable: el crédito formal ya no es suficiente para cubrir las necesidades de consumo o, peor aún, los gastos corrientes, obligando a los hogares a recurrir a segundas y terceras líneas de financiación.

Tasas usurarias y el riesgo de impago

El costo de este acceso al consumo es exorbitante y sigue funcionando como combustible permanente a una situación peligrosa que puede terminar en un estallido preocupante.

Las billeteras digitales han democratizado el acceso al crédito con una capilaridad envidiable, pero a la vez se han transformado en el viejo usurero del barrio operando con Tasas Nominales Anuales (TNA) del 129% en promedio, duplicando -y en algunos casos triplicando- al sistema financiero tradicional.

En un contexto donde la inflación ha mostrado signos de desaceleración, estas tasas resultan en un costo financiero total difícil de afrontar para un salario promedio que permanece prácticamente congelado.

La consecuencia inevitable es el deterioro de la calidad de la cartera crediticia. La mora en las billeteras virtuales ha trepado al 18%, una cifra que duplica o triplica los ratios históricos de incobrabilidad del sistema financiero tradicional.FUENTE: SITIO ANDINO