La producción de hidrocarburos no convencionales en Vaca Muerta y menores importaciones explican casí la totalidad del superávit comercial de Argentina.
El desempeño mensual refuerza la primacía energética. En septiembre, la balanza comercial total registró un superávit de 921 millones de dólares, un 6% menor al de septiembre de 2024. Las exportaciones crecieron un 17% interanual y las importaciones un 21%, con fuerte dinamismo en los productos primarios, que subieron un 43% gracias a los mejores precios y al aumento de los volúmenes exportados tras la eliminación transitoria de retenciones.
Las exportaciones de petróleo y energía a partir de Vaca Muerta salvan la balanza comercial argentina este año.
Pese a los avances, la posición energética sigue siendo sensible a factores exógenos como el precio internacional del gas, la estacionalidad de la demanda y los cuellos de botella logísticos por falta de inversiones y definiciones de política doméstica. Argentina mantiene tarifas entre las más bajas de la región, un dato que tensiona la balanza entre contención social y sostenibilidad fiscal. El desafío para lo que resta del año, concluye E&E, será sostener el ancla energética del comercio exterior sin resignar competitividad ni volver a expandir subsidios que históricamente presionaron sobre las reservas y las cuentas públicas. La dinámica del crudo y la consolidación de Vaca Muerta, junto con una administración prudente del esquema tarifario, serán determinantes para preservar el superávit en un entorno global incierto.