El intercambio bilateral llegó en 2024 a US$27.960 millones, con clara mejora de las exportaciones y caída de las importaciones. Este año la clave es exportar gas a Brasil vía el Gasoducto del Norte.
No es novedad que Javier Milei y Luiz Inácio Lula da Silva se llevan mal. Al punto de no tener relación. Las relaciones diplomáticas entre los dos países son las mínimas, y reducidas a cuestiones imprescindibles como la situación en Venezuela, donde Itamaraty -la Cancillería de Brasil- lleva adelante la representatividad del estado argentino ante el régimen de Nicolás Maduro.
Sin embargo, el comercio internacional entre ambos mercados está en una situación floreciente, con incrementos tanto en las exportaciones como en las importaciones.
De acuerdo a los datos que se desprenden del último informe de comercio bilateral elaborado por la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), el intercambio entre Argentina y Brasil fue de U$S2.098 millones en el primer mes del año, un 34,1% superior al valor obtenido en el mismo mes de 2024, cuando había sido de U$S1.564 millones.
Las ventas argentinas a Brasil crecieron en enero de 2025 un 11,2% con respecto a enero de 2024 (la variación fue positiva por octavo mes consecutivo) al sumar U$S886 millones, mientras que las importaciones desde aquel país fueron de U$S1.212 millones y mostraron un alza interanual del 57,9%.
El dato que enciende, quizá, luces amarillas, es que el saldo comercial entre ambos países en enero de 2025 fue negativo en U$S326 millones para Argentina, a diferencia de lo sucedido en enero de 2024 cuando el mismo había resultado superavitario en U$S29 millones.
De esta forma volvió a terreno negativo, luego de registrarse un valor positivo en diciembre de 2024. El panorama favorable al país comenzó a darse vuelta en el tercer trimestre del año, cuando comenzó a incrementarse el volumen de las importaciones desde el mercado brasileño, especialmente en productos terminados y bienes de capitales.
Se supone entre el segundo y el tercer trimestre del 2025 podría volver el saldo favorable, cuando se incrementen las ventas de energía (gas) al mercado brasileño, fruto de la operabilidad del Gasoducto del Norte. A partir de 2026 este factor continuará siendo clave para el equilibrio en la balanza comercial entre los dos países.
Por otra parte, cabe señalar que el intercambio cayó con respecto a diciembre pasado un 13,3%, debido a que las exportaciones de Argentina a Brasil disminuyeron 28,4%, mientras que las importaciones subieron 2,5%.
La suba interanual de las exportaciones de Argentina hacia Brasil de enero (11,2%) correspondió principalmente al alza de propano y butano licuado, polímeros de etileno, motores de pistón y sus partes, queso y leche y alcoholes, fenoles y derivados, mientras que el alza interanual de las importaciones argentinas (57,9%) se explicó principalmente por el incremento de vehículos automóviles de pasajeros, vehículos de calle, vehículos automóviles para transporte de mercaderías, alúmina y cacao en polvo.
Argentina se posicionó en cuarto lugar entre los mayores proveedores de Brasil, detrás de China y Hong Kong y Macao (U$S6.052 millones), Estados Unidos (U$S3.443 millones) y Alemania (U$S1.244 millones). A su vez, entre los principales compradores de Brasil, Argentina se ubicó tercera, detrás de China, Hong Kong y Macao (U$S5.470 millones) y Estados Unidos (U$S3.213 millones).
Además, el país quedó en tercer lugar entre los mayores proveedores de Brasil, detrás de China y Hong Kong y Macao (U$S5.513 millones) y Estados Unidos (U$S3.046 millones).
Por su parte, entre los principales compradores de Brasil, Argentina se ubicó cuarta, detrás de China, Hong Kong y Macao (U$S 6082 millones), Estados Unidos (U$S 3644 millones) y Holanda (U$S 1301 millones).
Con respecto a Brasil, las exportaciones de Brasil al mundo aumentaron 0,5% en noviembre de 2024 con respecto a igual mes de 2023, al pasar de US$27.886 millones a US$28.021 millones. Por su parte, las importaciones totales crecieron un 9,9% con respecto a las registradas hace un año (U$S19.097 millones en 2023 vs. US$20.991 millones el año pasado).
De este modo, el resultado comercial brasileño fue superavitario "??trigésimo cuarto mes consecutivo"?? en US$7.030 millones, una situación semejante a la observada en noviembre de 2023: en aquel mes el saldo había sido positivo en US$8.789 millones.
Con respecto a la influencia de Vaca Muerta y las potenciales exportaciones de gas, Argentina y Brasil firmaron en noviembre un acuerdo que implica que el país vecino adquiriría shale gas proveniente del yacimiento neuquino; lo que aumentará de manera significativa las exportaciones de ese combustible, mientras que Brasil obtendría un suministro más barato y confiable de gas natural.
Para cerrar el acuerdo, Argentina se comprometerá a terminar las obras de la reversión del Gasoducto del Norte, para que el combustible llegue a Brasil desde Bolivia. Esto implicaría que en 2025 el shale gas podría llegar a territorio brasileño. Además, para una segunda etapa, podría construirse un nuevo gasoducto a Brasil, pero ingresando desde la Mesopotamia hacia Uruguayana. Si el país supliera a Bolivia como proveedor de shale gas a Brasil, podría exportar entre 5 mil y 10 mil millones de dólares anuales. Ya en 2025. Hacia adelante, todo lo que ese mercado necesite.
En planes brasileños, la construcción de un gasoducto de estas características, aunque esté radicado en territorio argentino, debería tener un socio del país vecino como socio estratégico. París bien vale una misa, y terminar un nuevo gasoducto construido, eventualmente, por un brasileño de partenaire de un inversor local, sin que el Estado argentino aporte un dólar, pero que genere los US$ 10 mil millones anuales en menos de cinco años en exportaciones, bien vale una foto entre Milei y Lula.
Brasil suplirá con Argentina el gas que Bolivia ya no puede exportar. En 2014, ese país exportaba US$ 6.624 millones en m3 de gas natural, rompiendo un récord histórico y generando reservas para el Banco Central de Bolivia hasta US$15.200 millones. Sin embargo, en 2023 las exportaciones de ese país ya habían caído un 69%, con reservas en el Banco Central de Bolivia en US$1.905 millones (87,5% por debajo del 2014).
¿Qué pasó en Bolivia? Simplemente, se acabó el gas, no las reservas probadas, pero sí las que pueden explotar en las condiciones actuales. Y Vaca Muerta aprovechará la oportunidad. Sólo negocios.
Recordaba algún malintencionado, que la relación política y personal entre Argentina y Brasil nunca había sido tan buena en los últimos años, como durante la gestión de Alberto Fernández y los primeros años de la tercera presidencia de Luiz Inácio Lula da Silva.
Sin embargo, en cuanto a números, el intercambio comercial llegó a un piso de mera supervivencia. Incluso el brasileño tuvo que moderar el entusiasmo del argentino, cuando en alguna cumbre bilateral en Brasilia el entonces presidente local de visita oficial en el país vecino pidió préstamos por 1.000 millones de dólares para una economía que colapsaba.
Con una enorme sonrisa, su amigo y colega le dijo que no. No hubo préstamos ni ayudas extras. Sí hubo abrazos, que, como se sabe, no pueden venderse ni comprarse.