Investigaciones científicas muestran que la hipersexualización daña la cognición y el desarrollo emocional. Claves para prevenirlo en casa y proteger la niñez.
La "adultificación infantil" sucede cuando los chicos asumen actitudes, preocupaciones o estilos de vida de adultos antes de tiempo. No se trata solo de vestimenta o rutinas, sino también de exposición digital temprana, responsabilidades inapropiadas y presiones que interrumpen el desarrollo natural de la infancia.
Frecuentemente, los niños adoptan ropa y accesorios pensados para adultos, exhiben actitudes asociadas a la sensualidad o llevan agendas cargadas de actividades sin espacio para el juego libre. Comentarios como "sos muy maduro para tu edad" refuerzan roles que no les corresponden según su etapa evolutiva.
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También es esencial enseñarles desde pequeños que el mundo digital es público y no todo lo que circula es seguro. Supervisar el contenido que ven -sobre todo en plataformas algorítmicas- limitar el tiempo de pantalla y activar controles parentales son herramientas útiles. Al mismo tiempo, fomentar actividades presenciales como el juego, la lectura o el deporte fortalece su desarrollo emocional, su identidad y su sentido de seguridad.
La psicología evolutiva recuerda que imitar roles de adultos mediante el juego es natural y enriquecedor. El problema aparece cuando esas prácticas lúdicas se convierten en obligaciones. El desafío para adultos cuidadores es permitir que los chicos exploren, imaginen y jueguen libremente, sin imponerles preocupaciones de mayor.
Protegerlos no implica desconectarlos del mundo digital, sino acompañarlos, guiarlos y asegurar que puedan disfrutar de su niñez con libertad, curiosidad y sin el peso anticipado de responsabilidades que todavía no les corresponde asumir.