Los colores, la luz y el ruido de una casa pueden alterar o mejorar nuestro estado de ánimo. Por eso, es importante conocer los que más nos favorecen.
Nuestro hogar es mucho más que cuatro paredes, ya que es un espacio que nos acoge y nos protege. Su arquitectura puede llegar a impactar en nuestro estado de ánimo generando diversas sensaciones que pueden ir desde la calma a la tensión.
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En la actualidad, existe lo que se conoce como neuroarquitectura que, lejos de ser algo relacionado al marketing inmobiliario, se trata de que la ciencia demostró que el entorno construido -sus
Por eso, en sus proyectos de neuroarquitectura aplica dos principios clave: