Ante la sorpresa de propios y extraños, bajó sus persianas de forma definitiva la histórica fábrica de artículos de copetín, Gonzalo.
En la fábrica ubicada en calle Berutti 182 de Dorrego, trabajaban 25 personas que se enteraron de la noticia del cierre del establecimiento a través de whatsapp. Desde la empresa, por esa vía, comunicaron la decisión.
Así, el inmigrante español Gonzalo García Rodríguez puso en marcha un proyecto a mediados del siglo XX que con el tiempo se convertiría en una próspera empresa familiar. Primero con sus hijos José Antonio y Gonzalo, frutos de un matrimonio "a distancia" (hoy sería virtual) con la madre del clan que luego seguiría sus pasos hasta Mendoza. Y hoy conducida por la tercera generación, Leandro y su hermano Pablo.
El hobby inicial de Gonzalo rápidamente tomo cariz comercial. Pero el destino le tenía preparado cruzar su camino con el de otro emprendedor legendario de Mendoza que lo ayudaría a crecer.