Tras ser ratificado hasta 2027, el presidente de la Corte analizó la votación, habló de la interna y anticipó cómo encarará el conflicto salarial con los judiciales.
El funcionario judicial reconoció que la votación se dio en un clima de distintas miradas internas, algo que consideró "normal" en un cuerpo colegiado. "Es mi rol contener esas diferencias y buscar el mejor consenso posible", señaló, en relación al enfrentamiento que mantiene principalmente con José Valerio.
Afirmó que el cargo que ocupará hasta 2027, y que ostenta desde 2020, es institucional y no decisorio, ya que las facultades están distribuidas entre el pleno y las salas. "El tribunal priorizó terminar los procesos en marcha", afirmó.
Sobre los jueces que no lo apoyaron (Valerio y Mario Adaro), aseguró que buscará acercar posiciones. "Esto termina hoy. Somos siete ministros que debemos trabajar todos los días", indicó. Y adelantó que la semana próxima retomarán las reuniones habituales para definir la agenda judicial.
En ese sentido, aseguró que ya no existen las dos alas -filoradical, por un lado; filoperonista, por el otro-, ya que en el máximo tribunal "se construyen mayorías en base a consensos sobre cómo se ve el Poder Judicial".
Enfatizó que nunca modificó sus criterios jurídicos por cercanías políticas. "Pueden buscar una sentencia donde haya dicho algo distinto por presiones: no la van a encontrar", sostuvo.
Garay admitió que el conflicto salarial con los trabajadores del Poder Judicial -que este martes incluyó un paro - fue parte de la discusión interna.
Aseguró que es necesario avanzar en una reforma de la forma de trabajo del Poder Judicial y recordó que, desde 2018, la planta de personal se ha reducido para reforzar la inversión en innovación.
"Voy a convocar al sindicato para iniciar una discusión franca", adelantó, aunque advirtió que existen dos gremios (empleados y funcionarios) con posiciones distintas, lo que dificulta la negociación.El reporte de daños ocasionados por el Zonda en el Gran Mendoza