Marcela Paez, presidenta del Comités, aseguró que los turnos emitidos no están cancelados, sino suspendidos, a la espera de aclaraciones desde Italia: "El cónsul está muy esperanzado en que todo lo que fue precintado antes del día 28 pueda ser procesado en este consulado y no tenga que ir a Italia como lo menciona el decreto".

Además, confirmó que los turnos para el pasaporte italiano se están desarrollando con normalidad.

Por ahora, sólo pueden tramitar la ciudadanía quienes tengan abuelos o padres nacidos en Italia

Pablo Malagoli, gestor de Ciudadanía consultado por Canal 7, explicó que la medida limitará la obtención de la ciudadanía a quienes sean descendientes de primera y segunda generación y por lo tanto ya no correrá más para los descendientes de tercera y cuarta generación.

"Por el momento es así aunque estamos esperando mayores precisiones", dijo y aclaró que el Parlamento aún puede rechazar esta medida -o incluir modificaciones más laxas- y que los parlamentarios tienen un plazo máximo de 60 días para tratar el decreto de la presidenta Meloni.

Confirmaron que parlamentarios están trabajando para modificar la norma de Meloni

En tanto, Marcelo Romanello, uno de los 46 representantes que forman parte del Consejo General de Italianos en el Extranjero (CGIE), aseguró estar "preocupado y sorprendido de que el ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Taiani, presidente del CGIE, emita un decreto de urgencia para una situación como esta".

Para enviar tranquilidad a las personas interesadas en sacar la ciudadanía italiana el reconocido periodista que trabajó en Canal 7pidió paciencia: "Hay que analizar si estos cambios son constitucionales. Los parlamentarios que tenemos están trabajando para modificar este decreto. Pedimos tranquilidad y paciencia para que esto pueda tener arreglo".

Además, desde el Consulado confirmaron que el edificio no dejará de funcionar por completo.

El argumento del gobierno de Italia para restringir la ciudadanía

Antoni Tajani, ministro de Relaciones Exteriores de Italia, manifestó que si bien la ley de Ius Sanguinis -derecho de sangre- seguirá existiendo y los descendientes de primera y segunda generación pueden continuar tramitando la ciudadanía italiana, las limitaciones para obtener el pasaporte tienen que ver con evitar situaciones de abuso y comercialización de este documento.

En Argentina, más de 30.000 personas ya realizaron el trámite y otros miles se encuentran en proceso de concretarlo. A estos les afectará directamente la medida del actual gobierno italiano.