La exposición diaria a comentarios sutiles puede alterar el equilibrio psicológico sin que se note de inmediato. Reconocer las señales y buscar contención profesional permite prevenir consecuencias más profundas.
El uso ininterrumpido de redes sociales, sin límites claros, puede convertirse en un factor de riesgo para lala necesidad constante de recibir reacciones, la comparación permanente con otros y el malestar cuando no hay respuesta digital inmediata.
También advirtió: "Cuando se intenta dejar de usar las redes, aparece malestar emocional, ansiedad, incluso síntomas físicos similares a los de una abstinencia". Esto se traduce en alteraciones del sueño, irritabilidad, pérdida de concentración y una creciente dificultad para conectarse con el entorno presencial.
Más allá del tiempo de conexión, existe otra forma silenciosa de daño psicológico en el entorno digital: las microagresiones emocionales. Se trata de comentarios sutiles, bromas disfrazadas, críticas encubiertas o comparaciones constantes que, si bien no son directamente ofensivas, generan un impacto negativo en quien las recibe.
También advirtió: "Cuando se intenta dejar de usar las redes, aparece malestar emocional, ansiedad, incluso síntomas físicos similares a los de una abstinencia". Esto se traduce en alteraciones del sueño, irritabilidad, pérdida de concentración y una creciente dificultad para conectarse con el entorno presencial.
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El acompañamiento psicológico permite detectar patrones de dependencia digital, trabajar sobre la autoestima y recuperar el equilibrio emocional en relación con la tecnología.