De las tierras del Plata a Mendoza, de Santiago a la Lima gentil, la ruta está sembrada no solo de laureles sino también de monumentos que recuerdan aJosé de San Martí­n. El primer monumentoa "El Libertador" fue erigido en la Ciudad de Buenos Aires en 1862, en el Campo de Marte, actual Plaza General San Martí­n en el barrio de Retiro.

Más allá de aquel primer homenaje, no falta calles y plazas por todo el paí­s que recuerden la figura del "Gran Capitán", "El Libertador", "Padre de la Patria", "Padre augusto del pueblo argentino" y cuantos epí­tetos puedan imaginarse del hombre que supo cargar en sus hombros la lucha por la libertad del Cono Sur. Más allá de las fronteras argentinas, su recuerdo está vigente no solo en los paí­ses donde fue clave para la independencia, sino también hasta el la propia capital de España.

Con respecto a los paí­ses donde combatió José de San Martí­n, exceptuando la Argentina, los monumentos a su figura no han sido para nada humildes. En Santiago de Chile, la estatua ecuestre que lo recuerda se ubica, ni más ni menos, frente al Palacio de la Moneda, sede del Gobierno chileno. En el caso de Lima, habiendo sido el protector de Perú entre 1821 y 1822, el monumento también es ecuestre y se ubica en una plaza que lleva su nombre en el centro de la ciudad.

En el resto de Latinoamérica, aunque puede haber más de estos homenajes, destacan el de Guayaquil, Ecuador, y en la Ciudad de México. En el caso del monumento ecuatoriano, se lo recuerda junto a Simón Bolí­var, recordando no solo sus gestas libertadoras sino la famosa "Entrevista de Guayaquil", una reunión entre ambos que se llevó a cabo el 26 y 27 de julio de 1822.

No solo Latinoamérica a recibido con gusto la idea de tener la imagen de un héroe foráneo, sino que también sucede en las ciudades de Nueva York y Montreal, en los Estados Unidos y Canadá respectivamente. En la gran ciudad americana, el monumento se ubica en Central Park, uno de los lugares más icónicos de todo el paí­s, mientras que en Canadá hay un busto que se encuentra en una de las zonas residenciales más exclusivas de Montreal, con una placa que recuerda sus logros.

Aunque parezca extraño, es sabido que tanto Austria como Alemania guardan un corazón guerrero quizás heredado de sus antepasados germánicos. Por este motivo, no resulta extraño el recuerdo de José de San Martí­n, ya que este fue uno de los mayores estrategas militares de la historia. En Berlí­n, el reconocimiento se erigió en la década del 90, luego de una colecta de asociaciones argentino-germanas, mientras que el monumento de Viena es un busco con una histórica frase del prócer: "La conciencia es el mejor juez que tiene un hombre de bien"??.

José de San Martí­n, también tiene su espacio en dos lugares impensado: Madrid, capital del reino al que derrotó en la Guerra de Independencia, y Londres, capital de un imperio que tampoco mantiene la mejor relación con la Argentina. En el caso del monumento en Inglaterra, la estatua se ubica en Belgrave Square, una de las principales plazas de la ciudad, mientras que la de Madrid está realizada en bronce y fue emplazada en el Parque del Oeste.

Lógicamente, su última morada también le guardó un recuerdo, más allá de la Casa de San Martí­n en la Grande Rue 113 de la ciudad de Boulogne-sur-Mer. En la misma localidad, también se encuentra una estatua ecuestre a unas 20 cuadras del antiguo hogar de "El Libertador", sobre la costa de Francia, que fue inaugurado en 1909 y fue un sí­mbolo para la resistencia francesa durante la ocupación alemana en la Segunda Guerra Mundial.