La riqueza de la tierra mendocina da un abanico casi infinito de productos en los que la provincia puede destacarse en el mundo. El agua mineral natural es sin dudas uno de esos, sin embargo, pese al potencial cualitativo que tiene, el negocio para las compañí­as que se dedican a su producción aún tienen la vista en el mercado local, sin ambiciones de medirse internacionalmente, al menos por el momento.

Así­ lo comentó Pablo Abadí­a, CEO de Eco Aguas y Bebidas Saludables, en su entrevista con MDZ Online. El empresario llegó a la provincia en el marco de la oficialización de la cero emisiones de carbono en los procesos de su planta industrial de Tunuyán, donde en 2024 produjeron 6.200.000 litros, lo que se traduce 76.400.000 botellas totales de distintos calibres. 

-¿Cómo fue el 2024 para el mercado de las aguas minerales en Argentina?

- El año pasado el mercado ha sufrido una contracción. Es una industria que a lo largo del 2024, a partir de este cambio de contexto macroeconómico, tuvo una reducción superior al 10%. No solamente se generó esa reducción en el consumo de agua, sino que uno de los puntos interesantes es que se cambió el modelo de negocio desde un modelo en donde era inflacionario hacia el incremento de precios por incremento de costos, a un modelo en donde el consumidor acepta un determinado producto a un determinado precio y la industria debe darse vuelta y empezar a exigir internamente mayor eficiencia, mayor productividad, búsqueda de ahorros e incluso, rí­o arriba, exigir a la industria proveedora el control de sus costos para ser más eficientes. Se empezó a eficientizar toda la cadena de valor de esta industria. 

El 2025 comenzó mejor que el último semestre del 2024. Se está viendo una recuperación, aunque leve todaví­a, pero ya se empieza a ver una recuperación con respecto a lo que fue el segundo semestre del 2024.

-Ya lograron la emisión cero, ¿cuál es el próximo paso?

-Es todo un proceso, un camino que uno va recorriendo. El cuidado del medio ambiente está dado por tres ejes estratégicos. Uno es la emisión cero. El segundo es el cuidado y uso eficiente del agua, para lo cual trabajamos junto con el Departamento General de Irrigación y la Universidad Nacional de Cuyo en distintas gestiones como monitorear anualmente la cantidad y calidad de agua existente en la cuenca. También trabajamos con un proyecto de regeneración y es uno de los grandes objetivos que tenemos. Queremos lograr un impacto positivo en el ciclo de agua de la cuenca del rí­o Tunuyán Superior. Es decir, que el agua se conserve y se regenere mucho más rápido y en mayor cantidad que lo que el agua se consume como comunidad. 

El tercer gran objetivo que tenemos tiene que ver con lograr que cada botella PET donde envasamos vuelva a ser botella. ¿Qué significa esto? Trabajar en dos lí­neas estratégicas. Una es la reducción de plástico virgen, haciendo que las botellas cada vez sean más livianas y tengan menor gramaje de plástico utilizado, y que dentro de la composición haya menos plástico virgen y más plástico reciclado. Hoy, por ejemplo, en una de nuestras botellas el 30% del plástico utilizado es reciclado y el 70% es virgen. El objetivo es que toda la botella pueda volver a ser botella en una economí­a circular. 

-¿Por qué en Argentina no está tan desarrollado el mercado de aguas premium como si se puede ver en Europa?

-En Europa hay una percepción de la industria de aguas embotelladas con una más clara diferenciación entre los distintos tipos de  que hay. Básicamente hay tres tipos en el negocio de aguas embotelladas. Están las aguas minerales naturales de manantial, que son aguas que están en las cuencas como puede ser la de Eco de los Andes, en donde surgen adicionalmente o que son extraí­das. Son mineralizadas por la naturaleza y surgen naturalmente o extraí­das por el hombre para su consumo. Ejemplo de ello son ECO de los Andes, Villavicencio, entre otras marcas.

Luego están las aguas mineralizadas, que se extraen y que se desmineralizan y luego se mineralizan con un determinado perfil mineral. Ejemplo de eso en nuestro portafolio de marcas es Glaciar, que es la lí­der en bajo sodio de la industria argentina. Es el agua de más bajo sodio del mercado argentino con 7 miligramos de sodio por litro. Ese agua no surge naturalmente así­, se extrae en la provincia de Buenos Aires, en la localidad de Moreno, y se desmineraliza prácticamente a un punto de alcalinidad y luego se le agregan los componentes minerales para dar un agua mineralizada. Nestlé Pureza Vital es otro ejemplo de este agua. 

Por último, hay un tercer nivel que son las aguas de mesa. Se extraen y se potabilizan. No les cambian el perfil del agua. Hay un montón, incluso con empresas locales que funcionan de esa manera. 

En la Argentina ni siquiera existe este conocimiento y esta comprensión y diferenciación de estos tres niveles. Estamos trabajando junto con otros competidores y con la Cámara Argentina de la Industria de Bebidas Sin Alcohol (Cadibsa) en crear conciencia de esto, porque no es lo mismo un agua mineral natural de manantial que un agua potabilizada. 

En Europa, las aguas minerales naturales son más del 70% del consumo y las diferencian de acuerdo al origen. No es lo mismo un agua San Pellegrino que sale naturalmente gasificada en Italia, que una Perrier que sale en Francia, un agua Levissima, también de Italia, o una Buxton que sale en Inglaterra. De acuerdo al origen tienen distinto grado de mineralización. Acá en Argentina pasa igual, Villavicencio tiene 110 miligramos de sodio por litro y Eco de los Andes tiene 10 miligramos de sodio por litro. En Europa hay mucho más conocimiento de esa diferenciación entre las aguas minerales naturales es lo que en Europa hay mucho más conciencia. El consumidor argentino todaví­a no está en ese nivel de conocimiento, pero es responsabilidad de la industria llevar este conocimiento porque a todos favorece. 

-¿Para Eco es rentable o es negocio ir a competir al mundo? 

-El negocio está concentrado aquí­ en Argentina. Nos abocamos desde Tunuyán a proveer este agua premium y de alta montaña en toda la Argentina. El mercado local todaví­a tiene un potencial enorme. Hay muchí­simo crecimiento desde el consumo, desde el entendimiento de lo que significa este agua, donde creemos que todaví­a Eco de los Andes se debe al mercado argentino para continuar desarrollando estos conceptos y ayudando al consumidor argentino a que entienda que puede mejorar su calidad de vida pasando a aguas minerales naturales de bajo sodio en relación a otras competencias que existen en el mercado. 

-¿Qué porción del mercado tiene? 

La compañí­a en sí­ ocupa alrededor de una cuarta parte de lo que es la industria total de prohibidas aguas embotelladas. Para esto, a Eco se suman Glaciar y Nestlé.